Mudanza y estrés pueden estar tan relacionados como lo permitamos. Cansa solo pensar en embalar, limpiar y “recoger” toda la casa para ir a una nueva. Pero organizando primero nuestras ideas y luego las acciones, el cambio no tiene por qué ser complicado.
Contar con un equipo que facilite el proceso, es de gran ayuda. Además de la familia y amigos, una empresa especializada de mudanzas en Zaragoza es un buen soporte, porque conoce paso a paso lo que se debe hacer.
Justamente es la organización lo que marca la diferencia; además, hay que sacar el máximo provecho a los recursos con los que contamos.
Presta atención y el cambio a tu nuevo hogar será ligero.
Así se hace una mudanza
1. Limpieza previa: dejar la casa vieja implica deshacerse de lo que no necesitamos y que ocuparía espacio en cajas o el camión. Hay que hacerlo antes de empaquetar, así que apartando el sentimentalismo, identifica lo que deseas donar, lo que es posible reciclar, aquello que regalarás a tus familiares o amigos y lo que definitivamente irá a la basura.
2. Aprovecha los cajones: una forma de sacarle jugo al camión de la mudanza, es dejando algunas cosas en los cajones. Por ejemplo, la ropa y otros artículos de poco peso, pueden quedar en los gaveteros, asegurando que estos no se abran. Lo positivo, es que al llegar a la nueva casa, no tendrías que desempacar lo que venga en las gavetas.
3. Ten a mano lo esencial: mudarse no solo es sacar enseres de la residencia vieja a la nueva y resolver todo en un solo día; normalmente lleva su tiempo, lapso en el que habrá cosas dispersas en el inmueble.
Para no desesperarse buscando algo, es recomendable tener bien identificado y a mano un kit que contenga: medicinas, cargadores, artículos de higiene, toallas, ropa interior y -por lo menos- dos pijamas frescas, de manera que puedas cambiarte y estar cómodo durante la instalación.
También puedes incluir los documentos, las joyas y todo aquello de valor que no conviene tener traspapelado por la casa. Sentirás que llevas todo bajo control.
4. Etiqueta por colores: tanto para el traslado como para el desembalaje, agiliza la faena pegando calcomanías de diferentes tonos. Ten en cuenta que serán muchas las cajas en un mismo sitio y para ubicar cada cosa en su lugar, será engorroso abrir una a una sin hallar lo que buscamos.
Pero si les pegamos etiquetas de colores, según el tipo de artículo que hayamos empacado, será más simple, ahorrándonos mucho tiempo.
Otro sistema es colocar en la puerta de cada habitación de la nueva vivienda una estampa del mismo color de las cajas. De esta forma las llevarían directo al área identificada con tal color y, lo que allí se desembale, corresponderá exactamente a ese cuarto. Quienes te ayuden a mudarte, no dependerán de tus instrucciones, sino que sabrán a dónde dirigirse.
5. Comienza con tiempo en la cocina: no debemos botar la comida solo para llevar menos carga en la mudanza. Lo correcto es revisar los productos caducados y deshacerse únicamente de ellos.
Evita comprar alimentos por lo menos una semana antes de mudarte; por el contrario, trata de consumir lo más que puedas de lo que ya tienes en la despensa y el refrigerador.
Como las vajillas van bien envueltas con sábanas, trapos, etc., ten platos y vasos plásticos para servir el día del cambio, así no tiene por qué abrir cajas en pleno trajín.
Mira la mudanza como la oportunidad de empezar de cero. Aparta la negatividad y pesadez, para que sea menos embarazosa y más controlada.